Es divertido, ahora a toro pasado, imaginar la cara, al momento del terremoto de 7.2, de aquel individuo que se levantó el domingo 4 de abril con la sensación de que algo 'feo' pasaría; del estudiante que invocó todo lo invocable para que obrara un milagro y no hubiera clases el lunes (el día que tenía un examen para el que no había estudiado); o de la 'vidente' que encontró algo sospechoso en el tarot.
Es más, no sería extraño saber que alguien en Mexicali atinó a su pronóstico exacto de un terremoto. Como decía un maestro: 'Si lo piensas, puede ocurrir'. Y claro, el no se refería a la conexión entre el poder de la mente y los hechos, sino a la probabilidad, matemáticamente hablando.
Claro que también existen las coincidencias...
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