lunes, 24 de enero de 2011

Las desventajas del papel... y la prueba del añejo

Por Victor Martínez Ceniceros

Incluso los documentos impresos tienen desventajas, (para conocer sobre las condiciones favorables, visita http://mexicalisietepuntodos.blogspot.com/2011/01/por-el-fortalecimiento-de-nuestra.html) y todo su contenido puede perderse, para siempre, en cuestión de segundos.

Lo más triste es que valiosa información -sobre todo la producción periodística de calidad- desaparezca como resultado de actos carentes de sofisticación, ramplones y sin chiste (aunque no por eso, menos dañinos): Digamos, un incendio; la descomposicion del papel, por un mal almacenamiento; el robo sólo por el placer de causar malestar; un descuido que genere el extravío de la documentación; una omisión al momento de adquirir nuevos ejemplares, o la no sustitución de documentos maltrechos).

Y mientras no contemos con un respaldo -fortalecer las hemerotecas, es una opción-, o una versión similar a la iniciativa 'California Digital Newspaper Collection' (que reúne ejemplares digitalizados de varios periódicos desde el comienzo del siglo pasado y está disponible en http://cdnc.ucr.edu), corremos el riesgo de perder, para siempre, parte de nuestra historia, aquella información que sí vale la pena, porque documenta hechos de la vida cotidiana y no sólo versiones gubernamentales (que tienen de sobra, canales para su difusión).

El diario 'La Crónica de Baja California', fue el único medio informativo, impreso en Mexicali, que consignó testimonios de residentes, sobre el sentir del terremoto del 4 de abril.

Por ejemplo, en la edición del 7 de abril de 2010, en una nota firmada por Armando Lemus, y publicada en la pagina 12-A, puede leerse el testimonio de un residente del ejido Cucapá Mestizo: 'Son los 90 segundos más horribles que me han tocado, la casa se movía para todos lados, no podíamos ni caminar, se hacían como olas, se estaban cayendo las casas, se empezó a abrir la tierra y salía agua, la gente corría para todos lados, habia mucho pánico'.

En esa misma edición, el diario publica una nota que refleja cómo se vivió el terremoto en el centro comercial, 'Plaza La Cachanilla': 'Había gente gritando, corriendo, buscando las salidas... nosotros nos quedamos unos segundos debajo de las mesas del comedor... con la desesperación y el miedo los vehículos arrollaron las agujas del estacionamiento rompiéndolas, sin pensar en nada más que en salir del centro comercial...'

Contradictoriamente, una sociedad como la mexicalense, a pesar de su reciente formación, tiene significativas carencias en la documentación de aspectos culturales, históricos. Pero lo más preocupante, es que, para que un residente del futuro pueda entender cómo viviamos nosotros, deben primero producirse textos (en estos momentos se trabaja a cuentagotas, en esa área), aunque también (algo no tan obvio para algunos), debe garantizarse que pasarán la prueba del añejo.

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