El recorrido que suele seguirse para determinar lo que es un hecho 'periodísticamente atractivo', incluye en ocasiones, actos y decisiones tan caprichosos, como torpes y hasta ofensivos, que terminan por desconcertar e insultar al público consumidor de noticias.
De entrada, un lector promedio, (es decir, consciente aunque no un experto en la materia), apelando al sentido común, esperaría que un terremoto de M= 7.2, tendría presencia en los informativos que circulan y transmiten en todo el territorio mexicano.
Pero la realidad periodística recurre a parámetros simplones y torpes: No hay muertos, no hay mercado, no hay cobertura.
Por eso, más de un consuetudinario lector del semanario 'Proceso', en la región, (entre ellos el padre Germán Orozco Mora) reclaman la ausencia de una sola línea refiriendo al terremoto de Mexicali.
Aunque, debido a la distancia geográfica (sumado a la ausencia de víctimas, así como al tradicional desdén de los residentes del centro del país), pueda entenderse la falta de interés de los noticiosos nacionales, hay que recordar que el problema real lo tenemos aquí entre nuestros periodistas y su trabajo.
Muy cierto, Víctor. El nivel periodístico en Mexicali es cada vez más bajo. Y nadie dice nada al respecto, claro.
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