miércoles, 6 de abril de 2011

Ahí están los detalles...



Elsa Aguilar Siqueiros, arquitecto, docente en la facultad de ingeniería de la UABC, domina lo que es la protección civil (trabajó durante casi una década en esa área, para el Ayuntamiento), pero más allá de eso, sabe cómo transmitir el mensaje de forma eficaz.

En la charla conmemorativa, del terremoto del año pasado, que brindó a estudiantes y docentes de la facultad de ciencias humanas (fch) este 4 de abril, informó directo, sin tapujos, distracciones o eufemismos, sobre nuestra realidad; eso nos llevó a muchos, a entender que aun no podemos quitarnos los pañales culturales, porque no sabemos que existen pantalones, pants, overoles (y aquel que lo sabe, no quiere cambiar de indumentaria), y eso nos mantiene en una situación vulnerable.

La raiz del problema es, como suele decirse en estos casos, cultural (hay rasgos de naturaleza humana, arraigados en nosotros que nos bloquean la habilidad para actuar), pero este hecho puede subsanarse con una atinada estrategia comunicativa, que nos muestre -por lo menos- completa la paleta de colores con la que contamos, para mejorar la fachada de nuestra existencia.

Pero en la charla surgió otro punto flaco (ese sí, de al tiro ignorado por muchos, y minimizado por otros tantos), el aspecto sicológico:

El maestro Arturo Cardona, sicólogo y docente de humanas nos movió poquito el pañuelo de los ojos, nos retiró la mano de un oído, para que supiéramos que las víctimas del 4 de abril de 2010, fueron muchas más de las que pensamos, o de las que vimos a través de los medios: Existen mexicalenses que aun no superan el daño emocional.

Pero, lo interesante, o lo esperanzador, es descubrir que este transtorno de estrés postraumático, es relativamente sencillo de controlar (siempre y cuando, se trabaje en él, lo más pronto posible).

Conclusión. Este 4 de abril, pudimos entre todos los presentes, retirar la maleza y ver que más allá, hay caminos distintos y mejores, para llegar a nuestro puerto, solo es cuestion de trabajar a pesar de que transcurra el tiempo, y muy a pesar de que, seguramente, viviremos meses o hasta años en los que NO sintamos algún movimiento de tierra: Ahí estará el detalle...

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